lunes, 17 de septiembre de 2012

LECTURAS COMPRENSIVAS

LECTURAS COMPRENSIVAS PARA JUGAR EN CASA.

 

LAS ABEJAS Y EL TARRO DE MIEL
Un hombre colgó un día de un árbol de su jardín un tarro con un poco de miel. Volaban alrededor muchas abejas, las cuales querían entrar en el tarro para comerla. Pero una vez dentro quedaron pegadas a la miel; pocas lograron escapar del tarro, donde murieron las demás.
Félix María de Samaniego
(Adaptación)
 
ENSEÑANZA Y/O MORALEJA: 
"Si adquirimos malos hábitos, difícilmente se nos quitarán."

 EL LADRÓN Y EL PERRO
Una noche oscura, un ladrón se acercó a una casa con la intención de robar. Para que el perro que la cuidaba no lo atacara, le aventó a través de la reja un trozo de carne. El animal atrapó de un salto la comida, la dejó en el suelo y, mirando al ladrón, le dijo:
— Cuando te vi pensé que tenías malas intenciones; ahora que me has dado carne gratis, no me cabe duda de que vienes a robar. Y dicho esto, se puso a ladrar fuerte para despertar a los amos.
Esopo
(Adaptación)
ENSEÑANZA Y/O MORALEJA: 
"Nunca confíes en quien intenta comprarte." 


LAS GALLINAS GORDAS Y LAS FLACAS
Vivían en un corral varias gallinas. Unas estaban gordas y otras flacas; se burlaban las gordas de las flacas. Un día, el cocinero de la casa debía preparar algunos platillos para una cena, bajó
al patio a escoger las mejores aves. La elección no fue dudosa. Entonces, viendo las gallinas
gordas su fatal destino, envidiaron a sus flacas compañeras.
Fábula popular
(Adaptación)

ENSEÑANZA Y/O MORALEJA:
"No se debe despreciar a los débiles y pequeños,
quizá presten más ayuda que los fuertes y grandes."
  
EL CONEJO DESOÍDO
Caminando lentamente y cansado, un hombre cargaba un saco de monedas. Cuando casi no podía más, tuvo que atravesar un río y, apenas lo intentó, fue tirado al agua. Un hombre que estaba en la orilla, le gritó:
— ¡Tire el saco si quiere salvar su vida! Pero el necio caminante prefirió ahogarse a perder su tesoro.
Infante Don Juan Manuel
(Adaptación)
ENSEÑANZA Y/O MORALEJA:
"La codicia suele traer malas consecuencias."
EL SABIO Y LA VÍBORA
La víbora tenía asustados a los habitantes de un pueblo y, como nadie se acercaba a ella, se sentía sola y aburrida. Cansada de la situación, subió a una montaña en donde vivía un hombre sabio.
— ¡Nadie me quiere! –se quejó–, ¡todos huyen de mí! Dime, ¿qué puedo hacer?
— Deja de morder y verás cómo se te acercan –aconsejó el sabio–.
Pasado un tiempo, el sabio bajó al pueblo y en el camino encontró a la víbora herida y medio muerta.
— ¡Me diste un mal consejo! –exclamó la víbora–. Dejé de morder a los hombres y ellos ahora me pegan y pisan. Entonces el sabio dijo:
— Te aconsejé que no los mordieras, no que les ocultaras tus colmillos.
Fábula tradicional
(Adaptación)
ENSEÑANZA Y/O MORALEJA:
 "No es necesario atacar, pero sí advertir
que uno cuenta con buenas defensas."
 
LA HORMIGA Y SUS AMIGAS
Una tarde una hormiga salió de su hormiguero en busca de comida.
Buscando, buscando, encontró una espiga de avena.
— ¿Cómo podré llevármela? –pensó– ¡La espiga es tan grande y yo tan chiquita! Necesito que alguien me ayude. Entonces se subió a un pedacito de madera para observar.
A la hormiga le pareció que la maderita era como una torre alta, altísima.
Desde allí descubrió a dos compañeras que se acercaban.
— ¡Eeeeh, eeeh! ¡Vengan pronto, que he descubierto una cosa muy buena!,— les gritó.
Las tres hormigas se reunieron junto a la espiga de avena.
La levantaron entre todas y la arrastraron hasta el hormiguero.
Fábula popular
(Adaptación)
ENSEÑANZA Y/O MORALEJA:
"Lo que una sola no pudo hacer, lo hicieron las tres fácilmente."
EL PERRO Y EL PEDAZO DE CARNE
Un perro, llevando un pedazo de carne en la boca, pasaba por un río, y viendo en el agua reflejada la carne que llevaba, le pareció aquélla mayor que la que tenía; abrió la boca para tomarla, y se le cayó el pedazo de carne, se lo llevó el río, y se quedó sin ésta.
Juan Ruiz, Arcipreste de Hita
(Adaptación)
 ENSEÑANZA Y/O MORALEJA:
"Casi siempre pierde el envidioso lo que tiene en su poder,
queriendo tomar lo ajeno."
EL HONRADO LEÑADOR
 Había una vez un pobre leñador que regresaba a su casa después de trabajar. Al
cruzar un puentecillo por el río, se le cayó el hacha al agua. Entonces se puso triste:
— ¿Cómo me ganaré la comida ahora que no tengo hacha?
Al instante, ¡oh, maravilla!, una bella hada apareció sobre las aguas y dijo al leñador:
— Espera, buen hombre: traeré tu hacha.
Se hundió en el río y poco después reaparecía con un hacha de oro entre las manos. El leñador dijo que aquella no era la suya. Por segunda vez se sumergió el hada, para reaparecer después con otra hacha de plata.
— Tampoco es la mía —dijo el preocupado leñador.
Por tercera vez el hada buscó bajo el agua. Al reaparecer, llevaba en sus manos un hacha de hierro.
— ¡Oh, gracias, gracias! ¡Esa es la mía!
— Pero, por tu honradez, yo te regalo las otras dos. Has preferido la pobreza a la mentira y te mereces el premio.
Fábula popular
(Adaptación)

 ENSEÑANZA Y/O MORALEJA:
"La honradez siempre tiene su recompensa."


 EL AVARO QUE PERDIÓ SU ORO
El campesino salió del bosque y llegó a un gran campo. En él encontró a un anciano que moría de frío. Sólo una capa vieja le cubría el cuerpo. Sus cabellos eran grises y su barba era larga y desarreglada. Con sus manos se secó las lágrimas, pero siguió llorando. El buen campesino se compadeció de él y le dijo:
— Dime, amigo mío, ¿qué te sucede?
— ¡Algo terrible! ¡Espantoso! –dijo el viejo entre lágrimas–. Vendí mi casa, mis tierras y todo lo que tenía, oculté en este agujero el oro que me dieron por ellos. Y ahora, ha desaparecido…, desaparecido…, ¡desaparecido!  Y, de nuevo, las lágrimas se le resbalaron por la cara.
— Temo que estás sufriendo el castigo del avaro –dijo el campesino–. Has cambiado
tus cosas buenas y útiles por un montón de oro inservible, que no puedes comer
ni usar como ropa. ¡Aquí tienes! –dijo–. Mira esta piedra. ¡Entiérrala y piensa que es tu
pedazo de oro! ¡Nunca notarás la diferencia! Y el campesino siguió su camino abandonando al pobre viejo.
Fábula popular
(Adaptación)
 ENSEÑANZA Y/O MORALEJA:
"A veces es mejor no atesorar el dinero,
sino gastarlo en cosas útiles."
 
LAS MULAS DE CARGAS
Dos mulas iban por un camino. Las dos iban cargadas con unos sacos grandes. Pero sus cargas eran muy diferentes. Una de ellas llevaba maíz; la otra iba cargada de monedas de oro. La que llevaba las monedas iba muy orgullosa, con la cabeza levantada. Hasta se había colgado del cuello unos cascabeles de plata. Los cascabeles sonaban alegremente. Su compañera la seguía, humilde y tranquila.
 De pronto, en una vuelta del camino, salieron unos ladrones que estaban escondidos en una cueva. Y se lanzaron sobre la primera mula, la golpearon y se apoderaron de las monedas que llevaba. Después desaparecieron por donde habían venido, sin molestarse en tocar siquiera a la mula que llevaba maíz.
— ¡Qué buena suerte tengo! –dijo la mula humilde–, porque a mi compañera, que
debían tratarla muy bien, la golpiza que le han dado. ¡Eso es cosa de mi buena suerte!
Fábula popular
(Adaptación)

 ENSEÑANZA Y/O MORALEJA:
 "Es mejor ser humilde que presumido,
pues nos puede meter en problemas."
EL LOBO ENGAÑADO
El humo surgía de la chimenea de la cabaña que estaba entre el bosque. Era una noche tranquila para una buena cena. Tal era el pensamiento que tenía en la mente el hambriento lobo, que estaba acurrucado al pie de una ventana, junto a la cabaña, escuchando lo que se decía dentro.
— ¡Vaya un día que he tenido! –le dijo a la ardilla que corría por las ramas de un árbol–. ¡Toda la jornada esperando! Si hubiera sabido que me tratarían así, hubiera perseguido al cordero que vi en las tierras del granjero. Ahora, me guste o no me guste, el cordero está a salvo y tendré que irme a dormir con el estómago vacío. — ¿Por qué te quedaste por aquí todo el día? –le preguntó la ardilla con poca simpatía–.
Debiste preguntar. Yo habría podido decirte que aquí no había ningún cordero.— No era un cordero –dijo el lobo– ¡Era el niño! Oí que su madre le decía cuando lloraba: “Si no te callas, te echaré al lobo”. Te aseguro que se me hacía agua la boca. Pero el niño siguió llorando, y yo esperando; y ahora ha llegado la noche y no veo al niño. ¡Ella, prácticamente, me lo prometió! La ardilla se dobló sobre sí misma, riéndose y meneó la cola burlonamente.
— Tendrás que aprender que es inútil escuchar a la gente que dice una cosa y piensa otra –fue la sabia observación de la ardilla.
Fábula tradicional
(Adaptación)
 ENSEÑANZA Y/O MORALEJA:
"No hay que dejar pasar una buena oportunidad,
por esperar otra, que tal vez nunca llegará."
LA LECHERA
Iba una muchacha camino del mercado, con un bote de leche que acababan de regalarle. — ¡Qué feliz estoy! –se dijo–. Vendiendo esta leche compraré huevos; los cuidaré y así obtendré muchos pollitos. Cuando salgan del cascarón, les alimentaré bien para poder venderlos en cuanto estén gordos y hermosos, y con el dinero que me den por ellos, compraré un puerco.  Mientras caminaba contenta, se imaginaba alimentando al puerco con maíz y a todos los vecinos felicitándola por el buen aspecto del animal.
— A cambio de ese magnífico puerco, seguro que me dan el dinero suficiente para
comprar una vaca con su ternero. Por las mañanas la ordeñaré y luego llevaré la leche al mercado, y con lo que me paguen… Y así, distraída como estaba planeando su futuro, no vio la piedra que había en el camino y tropezó. La leche de sus sueños fue a parar al suelo. — ¡Adiós huevos, pollitos, puerco, vaca y ternero!
La Fontaine
(Adaptación)
 ENSEÑANZA Y/O MORALEJA:
"No hagas sueños en tu mente contando con lo que aún no tienes."
EL HOMBRE Y LOS CABALLOS 
Hace muchos años, vivía en un pueblo un hombre que tenía una yegua. Cierto día, el animal escapó del corral y los vecinos se preocuparon por ella: — ¡Qué desgracia! ¡Has perdido tu única yegua! ¡Eso sí que es mala suerte! Pero el hombre les respondió:
— Puede ser para bien o para mal, nunca se sabe. Los vecinos, sorprendidos, pensaron que el pobre hombre se había vuelto loco por la pérdida. Al cabo de un tiempo, la yegua regresó seguida de varios caballos salvajes. — ¡Cuánta razón tenías! –Dijeron los vecinos al ver que el hombre tenía ahora cuatro caballos–. ¡Eso sí que es tener buena suerte! — Puede ser para bien o para mal –volvió a decir el hombre.
Pasó un mes y el gobernante de su pueblo declaró la guerra al pueblo vecino. Como necesitaba soldados, reunió a todos los jóvenes que tuvieran caballo. Así, el hombre vio con dolor cómo sus hijos iban a la guerra a lomo de los nuevos caballos.
Fábula tradicional
(Adaptación)
 ENSEÑANZA Y/O MORALEJA:
" Nunca se sabe si un acontecimiento traerá
a la larga alegría o tristeza."
EL BURRO Y EL LOBO
Un burro estaba en el campo comiendo pasto, cuándo de pronto salió de entre los árboles un lobo hambriento, con muchas ganas de comérselo. Pero el burro, que no era tonto, inventó rápidamente un truco, y comenzó a cojear y a llorar: — ¡Ay, mi pata! ¡Ay, mi pata! Y le dijo al lobo:
—Ya sé que me vas a comer. Está muy bien, y te felicito, porque veo que tienes
buen gusto. Pero mira: tengo una espina clavada en la pata. Si no quieres que se te atraviese en la garganta cuando me comas, te recomiendo que me la quites. El lobo le respondió: — Tienes mucha razón. A ver, levanta esa pata para quitarte la espina. Y cuando el lobo le iba a ver la pata de atrás, el burro, rápido, le soltó una
MATERIALES PARA TRABAJAR

 

 

 


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